Las acciones o comportamientos que acompañan esta motivación disminuida pueden variar desde el dejar la escuela ("es muy aburrida"), evitar el intentar ("Yo soy muy estúpido, entonces para que tratar?"), payasear (por atención), negar ("a mí no me importa el inglés"), ser impulsivo ("¡Ya acabé!"), o el ser un intimidador (generalmente con alguien que sea más pequeño).
También sabemos que si hay confusión emocional en un niño, el sistema de aprendizaje de su cerebro tiene que utilizar mucha energía en resolver la confusión antes de poder enfocarse en el aprendizaje. Esto significa que usted debe ayudarle a su niño a hablar de sus sentimientos antes de poder descubrir cómo ayudarle a hacer su tarea de matemáticas o de escritura. Ayúdele a darse cuenta de sus patrones de comportamiento y a entender porque él no se siente motivado para tener éxito en la escuela.
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